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martes, 29 de septiembre de 2015

Ibiza, nuestra terapia invernal

Entrados ya en el otoño balear los residentes empezamos a recuperar la isla para nosotros. Parece que la gente se resiste a marchar este año pero sabemos que en un par de semanas los clubes ya habrán echado el resto, finiquitando la temporada en esas inacabables maratones que son los cierres y que intentan agotar hasta el límite las ganas de fiesta de su tropa fiel (¡como si eso fuera posible!). Junto a ellos, poco a poco, vamos a ir perdiendo por unos meses la posibilidad de disfrutar de algunos de nuestros restaurantes favoritos de la isla. Lugares como el mítico Balafia, el inimitable Dolce Vite de Playa d'en Bossa (para nosotros la mejor pasta y pizza de la isla) o el Chiringuito de las Dalias en Es Figueral, nos dejan "huérfanos" hasta el comienzo de la próxima temporada.


Por otro lado volvemos a nuestras rutinas postveraniegas y, aparte de la tranquilidad, comenzamos a recuperar también algunos otros locales que inevitablemente asociamos a esta época del año. Al igual que en temporadas anteriores me gustaría recomendaros aquí algunos de nuestros favoritos. Unos cuantos son clásicos de toda la vida que han servido a lo largo de muchos años miles y miles de esos platos contundentes que ofrece la gastronomía ibicenca en esta época del año. Otros establecimientos, no tan clásicos, han decidido continuar con sus puertas abiertas initerrumpidamente, esfuerzo que queremos agradecer y, por supuesto, ayudar a promocionar. Os los voy enumerando a continuación...

Atzaró Beach
Tras tres temporadas este beach club diferente de Cala Nova ha decidido continuar abierto todo el invierno. Los encontraremos funcionando los mediodías, de Martes a Domingo, sirviendo suculenta cocina inspirada en el mar de Ibiza. No dejéis de saborear sus cócteles deliciosos frente a esa joya de playa sobre la que se ubica, al norte de Es Canar. Un local donde siempre te hacen sentir como en casa y que seguramente se convertirá en uno de nuestros puntos de referencia los próximos meses. 

Aubergine
La carretera de Santa Gertrudis a Sant Miquel ha recuperado un local precioso, desaprovechado desde hacía años, que se ha convertido desde su reciente apertura en uno de los favoritos de los vecinos y residentes de la zona. Comida saludable, nutritiva y sorprendente servida en verano en su enorme jardín desde donde contemplamos su huerto y su sala de exposiciones. Se ha rehabilitado el interior de la acogedora casa payesa con gusto y cariño. Un local que en los próximos meses invita a resguardarse en su interior del frío y la humedad del invierno ibicenco para dejarse cuidar por Olga y su equipo.

Bai Bai
Este es uno de esos secretos que no puedes evitar proclamar a los cuatro vientos. Para nosotros el mejor local de tapas de toda Ibiza. Situado al final del nuevo paseo del puerto de Vila, frente al amarre de los megayates, no hemos dejado de volver y volver desde que nos hablaron de él por primera vez. No sabría por donde empezar a la hora de recomendar una u otra tapa. Todo, absolutamente todo lo que hemos comido en Bai Bai nos ha encantado. Y a precios que conforman un tándem precio/calidad imbatible. La buena noticia es que han cogido un local en la Plaza del Parque desde el que van a trabajar todo el invierno. La mala es que nos tememos que en poco tiempo pueda convertirse en uno de esos locales donde no vamos a poder evitar las colas para conseguir una mesa.(CORRECCIÓN: hace pocos días nuestros amigos de Bai Bai anunciaron que se despiden de todos hasta la próxima primavera. Parece ser que el proyecto en la Plaza del Parque no ha cuajado y nos van a dejar todo el invierno con la sana frustración de no poder disfrutar de sus deliciosas tapas...)

Ca´s Pagès
Un clásico de toda la vida en la carretera de Santa Eulària a Sant Carles. un local auténtico que no admite reservas ni tarjetas y en el que es fácil encontrarse con alguno de los residentes más famosos de la isla. Comerse una buena carne a la brasa o un contundente arroz de matanzas frente al fuego de su comedor interior es una experiencia de esas que uno no debe perderse si pasa por aquí.
Martina
El chiringuito de Cala Martina es otro de esos establecimientos de toda la vida que nunca pierde fuelle. Abierto prácticamente los 365 días del año es una de esas joyas que todavía podemos disfrutar sin estridencias, lujos ni pijerío. Acuden todos los días vecinos de la zona, visitantes de toda la isla y turistas. Todos ellos aprecian su autenticidad, la calidad del pescado que sirven y la impagable sensación de comer con los pies sobre la arena. Ahí se disfruta de la Ibiza de siempre frente a esa piscina increíble que es cala Martina, en la que el campo y el mar ibicencos se encuentran con suavidad, casi sin buscarse. Nos sentimos privilegiados de vivir a pocos pasos de ahí. Podemos decir, sin rubor, que hemos comido en su terraza alguno de los mejores arroces y "bullits de peix" que recordamos. El secreto de acertarla siempre es dejarse aconsejar por ese personal veterano y amable que siempre te hace sentir como en casa.


Fonda Pou d'es Lleó
Otro de esos clásicos intemporales de Ibiza. Es difícil encontrar un ibicenco, nativo o residente, que no haya comido alguna vez aquí. Rodeada de campos cuidados, higueras, algarrobos y pinos, y a pocos pasos de ese paisaje mágico que es Es Pou d'es Lleó. El lugar perfecto para reunirse con familia y amigos los Domingos para disfrutar de la cocina autóctona, de sus sabores de siempre. No fallamos ningún invierno, desde hace años. 

Tánit Beach
Para finales de octubre Platja d'en Bossa se convierte en una especie de pueblo fantasma. Pasar de semejante bullicio a tal tranquilidad, casi sin término medio, debe ser un descoloque muy fuerte para sus residentes (a la vez que un gran alivio). Acabada la temporada siempre se encuentra alguna terraza furtiva abierta por un tiempo más que el resto, y algún restaurante que aguanta el tipo con más o menos éxito. En uno de los extremos de esta ya mundialmente conocida playa los amigos de Nassau, uno de los beach clubs emblemáticos de la isla, inauguraron a principio de esta temporada el Tánit Beach. A pocos metros del club original encontramos esta apuesta por las últimas tendencias en restauración saludable, conjuntada con un diseño de interiores mucho más cuidado, que en verano ayuda a descongestionar esa terraza y esa playa tan demandadas. Lo mejor de todo es que el local nació con la intención de permanecer abierto todo el año, cosa que pensamos agradecer este invierno convirtiéndonos en visitantes asiduos. 

martes, 8 de septiembre de 2015

¿Hay alguien a quien le importe?

Volvemos a respirar en Ibiza. Tenemos que agradecer a las lluvias de los últimos días el haber apaciguado las llamas que han estado consumiendo la isla estos dos últimos meses. No solo por haber bajado esas temperaturas que nos han torturado sin tregua desde Junio. También por haber coincidido con el final de Agosto y la bajada significativa en la presión demográfica que aplasta las Pitiusas cada verano. 


Esta temporada alta se nos ha hecho dura. Nuestra carreteras se convierten en un suplicio que demanda una paciencia infinita y unos nervios bien templados. A la saturación que sufrimos en nuestras principales vías se une la mala educación de muchos y el peligro tremendo de unos pocos salvajes que se saltan las normas a su antojo o que simplemente van tan colocados que son una auténtica bomba de relojería sobre ruedas.

El calor, los nervios, la masificación, nos ponen a muchos de mal humor, y las malas formas se apoderan de nuestras relaciones. En general, los sensación y los comentarios de todos los que nos dedicamos a recibir visitantes de cierto nivel, han coincidido en el hecho de no haber vivido nunca antes en Ibiza situaciones tan tensas ni tan desagradables como las que hemos tenido que enfrentar a menudo este verano


Lo que ha quedado claro, sin duda alguna, es que la isla ni está preparada para soportar esta presión creciente cada verano, ni nadie parece en serio preocuparse en poner los medios para no cargárnosla en cuestión de muy pocos años. Los grandes atractivos de la isla se degradan a paso de gigante. Las playas se ven saturadas de hamacas, de vendedores ambulantes, de papeleras y contenedores de basura rebosantes de porquería. Nuestro mar y sus fondos, uno de los mayores tesoros de este paraíso natural, aparecen llenos de plástico, manchados de colores incomprensibles, sembrados de pura mierda que los miles de barcos que asedian nuestras costas vacían sin pudor desde su sentinas, o que simplemente viene derivada y sin tratar de unas depuradoras obsoletas e incapaces de generar nada más que un hedor insoportable que algunos días llega a provocar incluso lágrimas de irritación (y de impotencia).


Y aquí es a donde quería ir yo a parar. ¿Cómo uno de los lugares que mejor ejemplifica la vanguardia a nivel turístico y de ocio en todo el Mundo se puede permitir una gestión tan nefasta de sus infraestructuras y de sus servicios públicos? Nadie puede creerse que con la riqueza que genera esta isla durante 6 meses al año tengamos unos sistemas de gestión de residuos tan obsoletos, ineficaces y desfasados. Incapaces de no machacar la isla, sus recursos y sus habitantes como para llegarnos a indignar. Carreteras saturadas, transporte público casi inexistente y poco adecuado a las características y necesidades de la isla, sistemas de recogida de residuos insuficientes, depuradoras ineficaces, plantas desalinizadoras paralizadas, colectores submarinos que se rompen cada 3 días, canalizaciones de aguas residuales y pluviales vergonzosas, acuíferos salinizados y sobreexplotados... ¡Todo un puñetero desastre! ¡Una verdadera vergüenza!

¿Y qué estamos haciendo los ibicencos para resolver esto? Una isla como Ibiza, debería ser un ejemplo, un referente mundial a seguir en la gestión de todos estos puntos que acabo de detallar. Y eso, al fin de cuentas, está en manos de los ibicencos, nativos y de adopción. Debemos exigir que se ponga solución definitiva a esta situación indecente. La inacción y parálisis burocrática de nuestras administraciones es inasumible si queremos que nuestras islas tengan un futuro

Parece que nuestros vecinos de Fomentera se han dado cuenta y ya están tomando medidas, restringiendo accesos y exigiendo el poder tomar las riendas de la gestión de sus infraestructuras y recursos. Lo tienen fácil, solo se han de fijar en Ibiza para saber cómo se tiene que actuar (o no actuar, para ser más justos). 


Tenemos suerte de la coyuntura en la que se encuentran nuestros principales destinos competidores en el MediterráneoNunca me había encontrado antes a tanta gente desencantada con Ibiza como este año.  ¿A qué esperamos para ponerles las pilas a los responsables de las distintas administraciones públicas que tienen que solucionar esta situación insostenible? En serio, ¿nos importa de verdad lo que está pasando en nuestra isla?